viernes, 4 de enero de 2008

La Huida

Recostarme en tu cuerpo,

desgranar tus senos con mis dedos

enredarme en la quimera de tus valles

subir la montaña de tus gemidos

para bañar mis cabellos con tu aliento.


El arrebato de mis entrañas llegando al fondo del abismo

con la soltura de tu sonrisa de madre parturienta.

Sacandolé hijos al magma de la pasión del viento,

Robandolé el añil a las fauces del bosque

y otorgando nuevas esperanzas a las raíces.


¿Donde debo ir cuando me canso de ti?

¿Acaso a mecerme en la cuna de la muerte?

Dime cuantas estrellas llevan tu nombre actualmente

y yo te contaré del sopor que a veces siento.

No te odio, pero te descubro implacable a la hora de juzgarme

y me resultar difícil percibir el lecho que tiendes para mi

Y me es aun mas complejo aceptar que huir de tus brazos

es hundirme en el marrón de tu piel,

y esperar que el tiempo horade mi presencia.

(No te odio) pero cada tanto necesito humillarme ante la nada

y creer que la nada es ese todo que busco.

 
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