IV
Trinidad descansa sobre mi pecho vigoroso
no piensa, no siente, no ama.
Tan solo descansa.
Cuando el aire se lo permite me pregunta desvaríos,
yo la dejo porque desde el infierno sostengo su alma,
y soltar las amarras sería despedirme de una sonrisa herrumbrada,
de un cajón lleno de palabras.
Trinidad descansa sobre mis caderas
la presiento venirse de repente contra mi aliento entrecortado
detenerse rozando los labios y descubrir la daga de entre las sabanas
jugar con el revés sobre mi pecho vigoroso
deslizar el frío metal por mis brazos
y perforar suavemente la dermis
una pequeña incisión de donde brota un poco de mi vida
lo negro, rojo
lo blanco, rojo
lo rojo, rojo
y mi existencia que se coagula sobre sus mejillas.
Trinidad descansa sobre mi pecho vigoroso
No piensa, no siente, no ama.
Yo la amo,
pero ella tan solo descansa.
2 comentarios:
me encanto che, segui asi, besos
gabriela
Ahaha,... que decir, que decir.. Ya te dije Ale, que esos escritos son un espectáculo.
Y me halagaste poniendo mi foto en el espacio irreal del insurrecto.
Qué lindo volver a tener tus palabras, a reirnos y delirarnos como antes. Estaba extrañando a mi Quijote y ha vuelto! Con aún mejor armadura, mejor Sancho y las crines brillantes y dulces de Rocinante!
Ale.. en otras palabras, ME CAGA DE GUSTO TENERTE EN MI VIDA.
:)
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