martes, 20 de octubre de 2009

¡NO SEAS UN ESCLAVO DIGITAL!

El Suicida


Un par de veces dejó de escuchar sus latidos

Despacio, lentamente se acomodó en la cama
Se miró, vio su casa, las ventanas.
Describió perfectos circulos temporales
Tomó un lapiz e intentó escribirlo
Dejar tallada su miseria, su corazón.
Una y otra vez todo terminaba en nada.
Entonces el mundo era el de siempre
Él era el de siempre.
Solo, siempre con su sola compañía
Leyendo, leyendo, leyendo.
Un solo paso tuvo que dar,
Tan solo uno, para caer en el abismo.
 
/center>