miércoles, 30 de julio de 2008

Silvio Rodriguez -Judith-



No puedo dejarte de ver
arañando el silencio con tus ojos,
tratando de decir algo que las palabras
nunca hubieran dicho mejor.
Aquella mirada era el resumen
de la noche posada en tus ojos,
con su lluvia, su viento y tu miedo al mar
y aquel sueño que te conté.

No puedo dejarte de ver
describiendo una estrella descubierta por mí
en tu erótica constelación
que no cabe en los mapas del cielo.
Tu mano dibujando en el aire,
era capaz de ponerle color
al espacio vacío, que se llenaba
con la luz de la estrella brillante.

Cuida bien tus estrellas, mujer,
cuida bien tus estrellas.


No puedo dejar de decir
que hay idiomas perfectos por descubrir
y que son olvidados frecuentemente
en el tedio del tiempo.
Y que hay que buscarlos,
porque los barcos y las piedras
tienen abecedarios mejores
para demostrar que son bellos sencillamente,
sin palabras o esquemas.

No puedo dejar de decir
que esta triste canción a tu lado oscurece,
que quizás este sea el último misterio
que mirarán tus ojos nacer de mis manos.
Pues es tarde quizás para mí
y Caín me ha marcado sobre la frente.
Pero quiero alertarte de un gran peligro
y quisiera encenderte esta frase en la mente:

Cuida bien tus estrellas, mujer,
cuida bien tus estrellas.
Y que nunca las pierdas.

(1969)

martes, 22 de julio de 2008

Dos extraños y su luz


Comentario para el texto "Nicotina" de mi bien y siempre apreciada Medjai. Jamás podré desestimar el placer inmenso que siento al acercarme periódicamente a sus aladas letras.

En la noche a veces se le escapaban borreguitos de la boca y el trataba de enlazarlos con las redes de sus pestañas. No era molesto cuando la circunstancia ocurría en compañía de sus muertos mas queridos, pero la situación se ponía tensa como tripa de gato en Stradivarius cuando se dejaba aparecer delante de algún vivito agonizante, que en seguida notaba la circunstancia y lo increpaba con preguntas inescrupulosas. ¡Que importancia tenía si a la luz de las tinieblas urbanas una oveja escapaba de sus dientes y salía brincando por la mansa muchedumbre! Pero no, el flaco tenía que ser un tipo mas, dejar de mostrar sus habilidades en público. Dejar que sus fauces se llenaran de cayolos y tragarse todas las palabras porque en un descuido se le podía escapar el rebaño de la jeta.
Las reuniones sociales... ¡Qué problema para este tipo! Ahí uno medio que está obligado a comunicarse y eso de abrir la trompa... Era peligroso. En una convite le sucedió lo imprevisible: A medida que pasaba la noche la capacidad bucal se vio tan colmada de animales que se descubrió sin medios para evitar la desgracia. Pensaba mucho y mientras ello ocurría una misteriosa mano femenina le coloco suavemente el cilindro en la boca y mientras la llama del Zippo se meneaba delante del tabaco le dijo en un susurro: "Fume caballero. Sé lo que se siente tener 20 o mas ovejitas metidas en la boca y, como una espada colgada de un hilo, el peso de las miradas sobre el talante. Fume y disculpe la insolencia de haberlos presentado."

La historia de las cosas

Excelente video que nos explica en términos sencillos el inminente colapso de nuestra sociedad de consumo.

viernes, 18 de julio de 2008

El Réquiem del tiempo perdido

Soledad que se cuela por lo profundo de sus dedos. Hoy todos son fracasos, la muerte le va quitando pasos a su podrida existencia. Una voz le habla desde su adolescencia tan cercana y distante. No sabe como enterrarse mas en su putrefacción. ¡Ni siquiera le entregan la certidumbre del odio! Mucha ausencia de humanidad en sus huesos le obligan a sentarse y escribir el réquiem del tiempo perdido, reventarse la cabeza con un poco de silogismo, con obligaciones idiotas, con una vida moderadamente burgués. Hace unos días lo tenia todo y hoy no tiene nada. ¿Acaso el precio del arte es este dolor inmenso que lo parte en dos? Enciende un cigarro, quiere entrar a un bar, una pareja juega a seducirse en la puerta (Pura basura). Se decide ingresar: El vacío que encuentra es peor que el del abismo de su alma. Nada logrará, absolutamente nada. Las miradas lo ganan, lo pueden todos esos ojos desconocidos perforándole las espaldas, el abdomen, todo esa cascara que cubre aire. Pero es imperiosa la urgencia de que alguien lo mire a los ojos, que le diga “Viejo, si miras bien dentro, queda un poco de amor, un toque de esperanzas”. Esquivando gente ausente y encuentros frustrados es absorbido por la puerta del baño. No hay nadie, tan solo ese espejo que le devuelve su rostro, que multiplica por millones el abismo de toda esta ciudad enferma. Nota el estúpido detalle de su cuello desarreglado, se acomoda. Quiere dejar de comprender todo, dejar de meter la pata en el lago cuando solo hace falta mirar y cerrar el culo. Pero algo dentro de su cabecita le hace “cracka cracka” y lo obliga a tabular cada pequeña piedra que ve, cada gemido, y etcéteras varios.

Engaña, aunque la relación no exista, engaña. Demuestra cuan dominante de su insignificante vida es. Sonríe y les escupe en la cara todos los años de despedidas que le costó esa soledad. Evita el amor, todas esas cadenas que lo unen al resto de los humanos las considera bajas, mínimas ante el talle del patetismo de su vida. Por mas que intente no puede dejar de ser demasiado humano. Y recuerda desde la distancia cuando esa niña ataviada de manera tan extraña, le dijo: “Cuando la inspiración logra volcarse en un vacío virgen, uno está saciando su sed de parir metáforas”. Y hoy siente esa sed, creé haber vivido, pero todavía no. No está maduro para entender el amor, porque el amor no se entiende, el sentimiento no se discute, se siente y punto.

jueves, 17 de julio de 2008

Encapuchados (Bersuit Vergarabat)



Buscamos un lugar para no perdernos,
sin ninguna casa ninguna señal,
sin ningún amor comadreja muerta,
un perro que juega para no comerla.
Ese perro loco que nos habla siempre,
todos lo escuchamos y pocos lo entienden,
vamos arrastrando cadáveres vencidos,
hasta que se pierden en alguna orilla.

Amigos que desconocemos,
serán fusilados en una bailanta,
rotos están parcelados
son presas de caza,
del joven oficial.

Gente, revive al costado,
defiende atacando,
y no esta esperando.
Llevamos de porta retrato
caras desfiguradas en un tetrabrick.

Despedida cruel
Despedida azul
Despedida fiel.

Y vemos un edificio en ruina,
una tortura china sin sentir dolor,
flores al costado del río,
todo el río crece... y se las llevó.
Volvemos como siempre a casa,
con la boca abierta pero sin hablar,
deliro porque estoy podrido,
porque si hablo en serio todos reirán


¡Que recuerdos, Diana, que recuerdos!

miércoles, 16 de julio de 2008

Decepción y silencio

Desaparecen las palabras
Se han evaporado las musas
Cae tu figura de la montaña
se confunde con la hierba
toco tu frente y está fria
tus manos tan mortales
el rostro igual a todos
las palabras te escondían,
eras igual.

No niego, mi quietud
lo intangible de tu piel
el abismo de los cuerpos
Esta sequía de palabras
el olor a amor que me perseguía enfermo.
Lo peor de todo es que me descubro todavía amante
deseando lo imposible, pero no.
Me llevó años encontrarte,
me llevará mas licores y amantes recordarte sin dolor
Te regalo todas estas esperanzas, has lo que quieras.
Pero jamas tendrás el pedacito de alma que me robaste
Se te esfumó entre los dedos cuando vi tus ojos
cuando te mire y no te vi (O peor, quizás realmente te vi)

Eras la tabla en la deriva de mi vida,
me aferré a ella con la esperanza del naufrago convaleciente
y ante la primer ola, como los sueños, se fue a pique.

Has conocido al hombre, pero has matado tu poeta.

Mis ultimas palabras hacía ud. preciosa dama. Sepa que no miento.

viernes, 11 de julio de 2008

Cine Splendid


"Ella se apartó por la noche el pelo de la frente, y se esforzó
por sonreír,
él miró, respirando hondo, mudo, hacia el deslucido cielo.
Y por las noches miraban al suelo cuando sobre ellos
infinitos pájaros de gran tamaño en bandadas procedentes
del Sur se arremolinaban, excitado bullicio."
Bertolt Brecht -Pero en la noche fría-

Desde aquellas experiencias el ámbar de su mirada se había ido retrayendo hasta convertirse en una insustancial melodía ineludible. Tanto observó en aquellos terrenos que su vida acaso se le antojaba el mal menor de todos, e inclusive era insignificante limpiar la humanidad de su sangre. Quizá no estaba todo muerto, quizá no todo era decidía y malos ratos, tal vez vivir no era mas que aceptar no ser nada e intentar ser algo, creer en un futuro donde cada persona sea considerada una letra de la historia universal marcando con un elegante trazo el camino de una “V” victoriosa y no vengativa. Tantos tal vez y tan poco tiempo para saber si después de un tal vez hay otro “tal vez”, que mejor dedicarse a vivir.

sábado, 5 de julio de 2008

Noche sin Cigarros


Hoy es una noche sin cigarros. Justo que la necesito, ha desaparecido hasta el mas mínimo rastro de nicotina fumable de mis bolsillos. Se han esfumado mágicamente como tu esperanza de las bagatelas que en mis fantasías habitan. Como siempre, no hay caricia que colme estas ansías muertas de hastíos. Hasta hace un instante tu flama invadía todo el sopor de mi alma y en este preciso segundo estoy despojado de la suerte de tus abrazos. Hoy no quiero llenarme los pulmones con humo para calmar estos nervios, hoy quiero al cigarro en su real dimensión, dinamitando mis alveolos pulmonares, estrangulando la cavidad cardiaca. Quiero acribillar este futuro para que la muerte venga un poquito mas pronta y se aminore la pena de tu olvido.
Como muchas otras veces has de saber que mi olvido será el definitivo, que no habrá mas pestañas para esta mirada, que esta cadencia de palabras que sobre tu figura recae, será la ultima . El día de mañana querrás descubrir estos ojos y verás el frío de las venas heladas correr por ellos. Esta criatura sensible que por tu alma velaba hoy decide partir hacia la isla desierta de donde provino. Aunque alcanzares mis graves pasos nunca alcanzarás los pies que los producen. Elévate y goza de lo nunca perdiste, que aquí en esta amada soledad me dedicaré a resolver los algoritmos de mi sepulcro. Nunca tuve un tiempo y mi mayor pecado fue el haberte creído tan floreciente como aquellas hierbas de altura. Creí haber trepado las mas grandes alturas al verte a mi lado, y de un potente cachetazo la tromba de la realidad me ha descolgado. Nuevamente aquí, al borde del río mirando las rocas aproximarse al cielo, en la encrucijada inicial, sin saber si adentrarme en la espesura de la vida lobezna o volver a la ciudad y ser simplemente un triste urbano. No tengo muchas opciones y la muerte me persigue. Hoy es una noche sin cigarros, una noche con una puta esperanza menos.
 
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