sábado, 15 de marzo de 2008

El amor del Querubín


“El amor expande, el dolor ahonda” Hugo Mujica



Algunas distancias se quebraron cuando escapé de tus campos. Seguramente hoy mi mirada es tan solo una pequeña sombra en la oscuridad de tu pasado y el tibio amanecer de mis caricias una brisa olvidada en el mar de los deseos. Mi voluntad última antes de partir, es inflamar una a una las habitaciones de esta morada mas profunda con un sutil ademán que invite a repoblar de voces el desierto del presente.
Ayer agonizaban líricas metáforas que brotaron complaciendo tu presencia en la falsa expectativa de mi vida. Hoy entre los escombros de las lágrimas, puedo descubrir tu sonrisa llena de nieve e incertidumbre al revolver el saco de estrellas con el bastón de la muerte. El precipicio de las horas se abalanza sobre el árbol de los sentimientos y nos hurta las ultimas poesías que se atreven a enfrentar el infierno. ¡Todo el verde de nuestra vida se resume en esta flama asesina!
“Solía olvidarme de ti” le grito a tu alma dondequiera que esté. Tal vez algún gorrión herido se haga eco de mi dolor y te llore desde el cielo para que palpes la aspereza de mi actual momento. Desde el hospicio te escribo, dama esquiva, preciosa centella que anida en el hielo, mujer infinita. Cuanto trajinar para que te ocultes en el viento.

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