viernes, 18 de julio de 2008

El Réquiem del tiempo perdido

Soledad que se cuela por lo profundo de sus dedos. Hoy todos son fracasos, la muerte le va quitando pasos a su podrida existencia. Una voz le habla desde su adolescencia tan cercana y distante. No sabe como enterrarse mas en su putrefacción. ¡Ni siquiera le entregan la certidumbre del odio! Mucha ausencia de humanidad en sus huesos le obligan a sentarse y escribir el réquiem del tiempo perdido, reventarse la cabeza con un poco de silogismo, con obligaciones idiotas, con una vida moderadamente burgués. Hace unos días lo tenia todo y hoy no tiene nada. ¿Acaso el precio del arte es este dolor inmenso que lo parte en dos? Enciende un cigarro, quiere entrar a un bar, una pareja juega a seducirse en la puerta (Pura basura). Se decide ingresar: El vacío que encuentra es peor que el del abismo de su alma. Nada logrará, absolutamente nada. Las miradas lo ganan, lo pueden todos esos ojos desconocidos perforándole las espaldas, el abdomen, todo esa cascara que cubre aire. Pero es imperiosa la urgencia de que alguien lo mire a los ojos, que le diga “Viejo, si miras bien dentro, queda un poco de amor, un toque de esperanzas”. Esquivando gente ausente y encuentros frustrados es absorbido por la puerta del baño. No hay nadie, tan solo ese espejo que le devuelve su rostro, que multiplica por millones el abismo de toda esta ciudad enferma. Nota el estúpido detalle de su cuello desarreglado, se acomoda. Quiere dejar de comprender todo, dejar de meter la pata en el lago cuando solo hace falta mirar y cerrar el culo. Pero algo dentro de su cabecita le hace “cracka cracka” y lo obliga a tabular cada pequeña piedra que ve, cada gemido, y etcéteras varios.

Engaña, aunque la relación no exista, engaña. Demuestra cuan dominante de su insignificante vida es. Sonríe y les escupe en la cara todos los años de despedidas que le costó esa soledad. Evita el amor, todas esas cadenas que lo unen al resto de los humanos las considera bajas, mínimas ante el talle del patetismo de su vida. Por mas que intente no puede dejar de ser demasiado humano. Y recuerda desde la distancia cuando esa niña ataviada de manera tan extraña, le dijo: “Cuando la inspiración logra volcarse en un vacío virgen, uno está saciando su sed de parir metáforas”. Y hoy siente esa sed, creé haber vivido, pero todavía no. No está maduro para entender el amor, porque el amor no se entiende, el sentimiento no se discute, se siente y punto.

1 comentario:

Gabriela Garzón Rogé dijo...

el amor se siente y punto. Se cuela en los secretos de lo no dicho de los cobardes. De los que lo dijeron y ahora lloran.

Esta realidad cruda nos envuelve en sus saliva espesa, enchastra con su bilis todo lo que toca ¿Y el amor? El amor se esconde en estos día, prefiera no ser a ser tan frivolo, prefiere no ser a ser balbuceo de sentimientos superfluos. Se esconde de la baba de la realidad. Y Yo? yo sueño que el amor me lleva a bailar en las metaforas, en agua clara, lejos de la cobardia, del llanto y chato tus palabras.

un beso

 
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