lunes, 2 de abril de 2007

5 - Zurcos en la memoria


El hombre se segmenta ante mínimos acontecimientos. Así, donde uno cree que algo insignificante ha acaecido, nuestra vida se ha desmembrado en cientos de pedacitos que vistos por separado carecen de un valor sustancial. Pero el verlos a ojo lleno es la virtud del nostalgioso. Su problema reside en que no sabe separar oportunamente los pedacitos de la carga sentimental que los acompañan. Así llega a conclusiones erróneas y todo lo puede resumir en una sonrisa y un mar de lágrimas como única defensa ante el batallón de situaciones y decisiones pasadas que lo atormentan. En otros tiempos, sujetos de esta calaña se agrupaban con otros sujetos con el fin de recordar y brindar por lo que nunca iba a volver. Creían ver en los destellos del alcohol algo del brillo antiguo de sus ojos.

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